En ocasiones me veo observando a las personas de mi alrededor, escudriñando su forma de ser o de actuar, indagando sobre sus hábitos o analizando algunos de sus comportamientos.
Llego a la conclusión de que todos tenemos nuestras zonas de comodidad, donde actuamos, sentimos y nos movemos de forma natural y las zonas de esfuerzo, donde tratamos de aprender a actuar con naturalidad.
Me ocupa en estos tiempos mi desarrollo personal hacia labores comerciales, estoy vendiendo soluciones como Consultor en estrategia y desarrollo de negocio y para ello me preparo, visualizo las entrevistas, atiendo a las personas, interpreto sus palabras y observo todo lo que ocurre.
En cada entrevista me doy la impresión de mejorar un poco la técnica que me he propuesto, esto es escuchar el dolor de mi cliente, que asuntos le preocupan, cual es el trabajo que debo hacer por el.
Pues bien, mi objetivo es llegar a tener ese talento, esa capacidad de interpretar de forma adecuada las necesidades de mis clientes.
Cuando una persona realiza bien una tarea determinada se dice que tiene talento para ello, pongamos por ejemplo a Rafa Nadal, Ferran Adrià o la propia Inma Shara.
A ver, no me estoy ni mucho menos comparando con nadie, no soy tan buen vendedor como Laura Cantizano, ni tampoco tan buen consultor como Javier Fernández Aguado, sin embargo creo que con la práctica deliberada, es decir, con realizar conscientemente la tarea o actividad pretendida y buscando siempre ese punto de superación personal es posible llegar al talento.
¿Que opináis? El con el talento se nace o se hace.
Nota: R.A.E. Talento: aptitud (‖ capacidad para el desempeño o ejercicio de una ocupación).
Nota: Todo viene por una de mis últimas lecturas…
Fifty-Fifty!!